Flim-Flam Man. Este es el título que la periodista y escritora Jennifer Vogel eligió para sus memorias, en las que narra la historia de su familia y su relación tumultuosa con su padre, quien lleva una doble vida como estafador. Cuando el productor William Horberg leyó el libro, pensó inmediatamente en una adaptación cinematográfica. No fue sino años más tarde que Sean Penn hizo suyo el proyecto, con la colaboración de Jez y John-Henry Butterworth en el guion.
La historia de los Vogel se mezcla un poco con la de los Penn: Dylan Penn encarna a la hija de Vogel, interpretado por Sean Penn, y Hopper Jack Penn interpreta al hermano de Jennifer. Filmada en gran parte en la provincia canadiense de Manitoba, cuyos paisajes evocan el ambiente de Minneapolis a finales del siglo XX, esta epopeya cuenta la historia de una familia destrozada que intenta reparar los vínculos. La joven debe aprender no solo a perdonar, sino también a desprenderse del pasado para construir de manera óptima su propia identidad.
Con el paso de las estaciones de Flag Day, los suburbios nevados suceden a los campos de trigo ambarinos: el tiempo pasa y sana las heridas del pasado. Filmada con cámara Arri con la ayuda de películas de 16mm y viejos objetivos, la sexta película de Sean Penn lleva a la pantalla la autenticidad y la complejidad de una relación entre padre e hija.